miércoles, 29 de abril de 2009

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La arrogancia de los veinte años es prólogo de la inseguridad de la treintena. Creo, incluso, que se relacionan de modo directo y proporcional.

Esa adoración pagana hacia el arrojo juvenil acaba por crear muñones en los deseos: anhelos arrancados sin anestesia. Palpitantes aún, pero débiles y demasiado cercanos a la podredumbre. Condenados por no haberse cumplido ahora, ya, inmediatamente.

Trozos de carne devorados por alguien que se parece demasiado a lo que se era hace apenas diez años.

martes, 28 de abril de 2009

Regreso al pasado

Creo que estoy preparada para encararle (¿o sera encararlo?: maldita sea, maldito vicio castellano y recio). Lista para retomar la conversación.

En fin, veamos en qué queda el asunto.

Aunque quiero hacerme la valiente, me obligo a escuchar a Grappelli y así creer que todo es, de nuevo, chispeante.

En construcción

En el fondo, tal vez no sea del todo malo estar en constante cambio. La característica inseguridad que me abruma a lo mejor me vale de acicate.

He tocado muchos palos con desigual éxito, similar intensidad (insoportable, al parecer). La experiencia sí es un grado.

Estoy siempre en construcción. El día que cubra aguas prometo bañarme en un mar de ginebra.

lunes, 27 de abril de 2009

Mrs. Muir

Puede que la intensidad de lo que vivo, la perfección a la que aspiro, me haga distorsionar las señales. Probablemente son demasiadas las imágenes influyentes, los versos universales.

Y si callas cito para mí a algún Salinas primigenio, o te imagino en un contraplano.

Yo, mientras, he establecido los límites de la tensión que alcanzará nuestra conversación, el decorado, cuánta luz debe entrar por la ventana, qué música ha de sonar cuando nos abracemos.

Por eso tienes la impresión de vivir conmigo en una película.

jueves, 16 de abril de 2009

Mente en blanco

Debe estar en algún sitio: el botón para no pensar.

Logro activarlo durante algunos momentos gracias al alcohol, supongo que las drogas también podrían valer.

Nada me hace burla aposta, pero lo que me rodea parece ser una caricatura de lo que planeé.

Hoy tengo resaca de obsesiones, y preferiría haber pasado la noche borracha.

miércoles, 15 de abril de 2009

Batallas

He actuado igual que mis enemigos: el daño que me quieren infligir lo he causado yo antes.

Tengo ventajas: preveo sus movimientos, planeo las respuestas, mido el tiempo sin que se me note.

La lucha me entretiene: juego, están en mis manos, les miro desde lejos, noto su asombro.

Tan sólo debo defenderme de mí y, en la violencia, no ser consciente de mi pasada crueldad.