martes, 30 de junio de 2009

Cocinera

Saco el salmon, iridiscente, de entre los plásticos nebulosos; es la miniatura de un atardecer polar sobre el marmol. Hay una selva en el último cajón de mi nevera: brotes verdes abrazados a frutas raras.

Y todos los olores de una medina oriental al abrir el armario especiero.

Viajes de los sentidos.

Sola no se está nada mal.

Pepino

Me regodeo en lo vulgar porque me he librado de ti y te he encontrado a ti. Tú eres más exquisito que él, y él resulta más inamovible que tú. He huído, me he abalanzado. De uno y sobre el otro.

Vosotros no entendéis nada, pero la ginebra habla por si misma.

Siempre hay esperanza.

lunes, 29 de junio de 2009

Contrato

Y tú dices que estás a gusto, como con una manta, con un gato ronroneando sobre tus piernas, una sopa recién hecha, el sol templado a través de los párpados cerrados, el sonido de las hojas de los chopos agitadas brevemente por el viento.

Me resigno a igualarme a esos detalles.

Pero confieso que hubiese querido ser, al menos por un día, equiparable a un huracán.

viernes, 26 de junio de 2009

Metamorfosis

Eras perfecto: tu presencia resultaba brillante entre mis brazos, a mi lado.

Incluso en la distancia.

Nada, absolutamente nada, podía empañar tu recuerdo.

Y de pronto te descubrí humano: cargado de defectos. Llevabas unos calcetines viejos y tu carácter oscilaba, errabundo. Deidad transformada en hombre asustado, enfrentado incansable a la vida.

Desde ese momento te quiero más.

Tu debilidad te hace fuerte.

jueves, 25 de junio de 2009

Obras

No puedo pensar en silencio porque cada palabra resuena en mi cabeza y siempre es demasiado clara, demasiado evidente, tan enorme que una me distrae de las demás: pienso "boca", y -salvo que tenga los sentidos entretenidos con alguna melodía de fondo- no consigo salir de eso: de unos labios, la voz, los dientes, la lengua, qué come, qué dice, boca infatil, boca cerrada para siempre, apretada por la ira o abandonada en el borde de un vaso.

Por eso, en cuanto me levanto (al amanecer, o a horas avergonzantes: muerte a la rutina) suena música. Así logro encauzar las ideas.

(Pero esto: este martilleo incesante -la obra eterna bajo mi balcón- me está llevando a una nueva dimensión del razonamiento guiado por los sonidos. Cualquier germen de idea termina, indefectible, con la conclusión de atacar a la cuadrilla y ensañarme, especialmente, con el de la máquina infernal).

martes, 23 de junio de 2009

San Juan

Me quito una hormiga del brazo: sin darme cuenta de la crueldad que implica la he aplastado entre la hierba. Después me arrepiento.

Brillo, porque es verano y porque la crema y el sudor se han mezclado. Me niego a entrar en el agua: sigue estando tan fría como otros años.

El calor me aturde e intento leer. Sobre mi cabeza mil cigarras repican incansables y las horas se han suspendido en una escena atemporal.

El aire es de cristal.

No sé cuántos años llevo así.

sábado, 20 de junio de 2009

Encuentro

Las hormigas que se frotan las antenas para comunicarse; los pájaros que en pleno vuelo saben hacia dónde dirigirse adelantándose, todos a la vez, a la voluntad única del grupo; los perros que asumen que el pequeño manda y el grande obedece. Esos comportamientos incomprensibles y férreos aparentemente humanos.

O puede que yo sea un poco más animal, más salvaje de lo que creo. Porque te he reconocido en medio de la manada, como a una igual. Sin alfas.

Atávico, y arrollador.

Rendida a mis instintos.

jueves, 18 de junio de 2009

Efebo

Pasó por mi cama gimiendo y mordiendo, tal como yo había deseado.

No entendía mucho de lo que le susurraba y cuando le dije que parecía una estatua griega me contestó, tras pensarlo aparentemente despacio y frunciendo un poco la frente infantil: "Eso es bonito".

Era increiblemente guapo, olía bien, y ni siquiera estoy segura de su nombre.

Atesoro su tacto.

Qué suerte poder quedarme con el recuerdo de su imagen intacta y jamás corrompida por la realidad.

Perfecto ya para siempre.

miércoles, 17 de junio de 2009

Verano. Caza.

Llevo diez días sin que nadie me bese el cuello, me acaricie la espalda, me muerda las piernas. Diez días sin sexo, los mismos que llevo sin verte. Y no es la primera vez, ni será la última.

Pero hoy, no sé por qué, noto un enorme vacío distinto a tu ausencia. No te deseo a ti. O sí, da igual.

Lo de menos es quién sea él. Apenas necesito más que su nombre. Esta noche no quiero dormir, ni hablar, ni bailar. En lo único que puedo pensar es en meterle en mi cama y follar hasta que se haga de día.

martes, 16 de junio de 2009

Tabla de gimnasia

Un, dos, un, dos: doblégate, no protestes. Cuesta, ¿eh?.

Pero tú puedes, venga: toma aire y no lo sueltes hasta haber tragado un poco de tu orgullo. Así, ánimo, ahora diez más.

No, no vamos a trabajar otra zona: nos centramos en tu humillación, y tiene que ser completa, de récord, este país sólo produce campeones ¿no lo sabías?. Y es por tu bien: será un trabajo duro pero cuando hayas llegado al final de los ejercicios lograrás aguantarlo todo sin apenas pestañear.

¡Podrás ser feliz sin saber que eres un desgraciado!

lunes, 15 de junio de 2009

Compromiso

- Mamá: a ti te gustan mucho las flores. Siempre las estás oliendo. Y a veces las cortas.
- A todas las mujeres nos gustan. Te daré un consejo, encanto: regálaselas a las chicas cuando seas mayor.
- No voy a hacerlo nunca: cuando le regalas a una niña una flor cree que quieres casarte con ella. Y yo no pienso casarme.

(Conversación real mantenida esta tarde con mi hijo de cinco años. Hombre al fin)

sábado, 13 de junio de 2009

Credo

Creo que, si no me hubieses hecho sentir tan culpable por esos ridículos fallos, hoy encararía menos asustada mis errores futuros.

Creo que la intransigencia es la mayor de las crueldades. Y que la crueldad es, por sistema, intransigente.

Creo que cada vez que he sido capaz de asumir culpas ajenas (las que tú me mostrabas como propias) me he negado a mí misma.

Creo que a base de no recibir lo que merezco he asumido que no valgo tanto como para exigirlo.

Creo que la convivencia con un hombre tan seguro de todo como lo estabas tú no era para mí.

Y me ha deshecho, por mi culpa.

viernes, 12 de junio de 2009

Sísifo

Pesa mucho tu silencio cuando cuelgo este odioso teléfono.

La inmediatez juega en casa: gana a tu ausencia, y ya te echo menos de menos si oigo tu voz tras un par de pitidos afinados en la.

Suena "adios", y de pronto preferiría no haber consumido mi ración de ti. Durante estas llamadas la roca rueda de nuevo al pie de la montaña y me creo liberada.

Vuelvo a empujar la piedra en el vacío que deja el eco de tus palabras.



miércoles, 10 de junio de 2009

Trío

Los tres son rubios y con los ojos muy vivos, brillantes. Suelen tener restos de chocolate en los labios, o las manos muy negras, o algún roto en la ropa, o el pelo de punta, o todo a la vez.

Nunca miran la cara de su interlocutor, salvo para pedir algo de vital importancia. Son grandes embaucadores y pueden salir airosos de las mayores fechorías. Estaban hace un segundo y, como magos, saben cuándo y cómo desaparecer.

Evoco a Mallarmé y creo que cuanto hacen debería acabar en un libro.

Son mis hijos.

...............

(y lo que suena es una de sus favoritas, porque es un juego hecho canción)


martes, 9 de junio de 2009

Generaciones

S. es joven, pero no tanto como para resultar conmovedora: ya ha cumplido los 22 años. Como todas -como casi todas- luce obcecadamente un flequillo paralelo a sus cejas que no le sienta demasiado bien. Huele a tabaco y café, y a un perfume raro pero agradable que debe imponerse cada mañana en una especie de ritual (la imagino: el perfume, la camiseta de rayas, el mp3, las uñas rojas).

Compruebo sin asombro que sostiene principios extravagantes y al parecer irrefutables. Habla y se gusta. Es preciosista al escribir y su seguridad pretendidamente insolente vaticina dolorosas caídas.

Me cae bien y me enternece: odia a las mujeres de más de treinta, como yo, y me gustaría poder decirle que el miedo a vivir crece con los años.

jueves, 4 de junio de 2009

Extrema

No fumo en una semana o acabo con un paquete de cigarrillos en una noche.

Paso días sin comer más que un tomate, algún café con leche con galletas maría. Después, en la cocina, cargada con pescados frescos, verduras, salsas y Paraberes, preparo un festín para mí sola.

Compruebo el buzón de mi correo electrónico cada cinco minutos, por si llega un mensaje importante. O paso tres días sin acercarme al ordenador.

Todo es agotador, incluso el no hacer nada. Me quiero hasta la angustia; me desprecio hasta la náusea. Estoy en mis manos, y asusta.


martes, 2 de junio de 2009

Si te vas

He hecho la cama. Mi colchón es comodísimo, y enorme. Tiene una mancha que intenté quitar, inutilmente, a base de restregones.

Apareció la primera noche que dormimos (que follamos) juntos en mi casa; yo sangraba y a ti no te importó.

Miro esa sombra sepia y cómplice, y en realidad me gusta verla.

Pienso que, si te vas, tendré que comprar una cama nueva. O aprender a cambiar las sábanas con los ojos cerrados, para no recordarte.


lunes, 1 de junio de 2009

Voz

Me descubro, de pronto, diciendo exactamente lo que deseo. Justo en el momento en que se me antoja.

Espeto a mi interlocutor lo que creo que merece: respuestas mordaces e hirientes a unos, elogios sinceros a otros. Y cuánto disfruto de la elección cuidadosa de cada término.

Pasa el tiempo, voy puliéndome y he prometido no volver a morderme la lengua. No por imposición ajena, al menos.

Mis palabras no me volverán a ser extrañas, y la verdad es que ahora me gusta más mi voz .