jueves, 19 de noviembre de 2009

Satélites.

Elegí serte leal.

No lo sabes, claro. Tampoco es necesario mostrar todas las cartas.

Pero algo intuyes.

Descubrí tu persona -de improviso y sin buscarla- en el momento exacto en que todo giraba menos yo. Y decidí aferrarme a ti para volver a dar vueltas junto al resto.

Pero nunca quise que abandonases tu órbita, ni pretendo conquistarla para forzarla a nuevas elipses que seguro me serían más amables.

Elegí serte leal y permanecer paralela, a tu lado: sin colisionar, sin destruirte para así hacerte mío; sin alejarme cuando me mostrases tu parte más oscura.

Satélites aún no sé de qué.

5 comentarios:

  1. ¿¡como coño, es que no hay ningún comentario!?

    pa ver las dos caras que digo yo, que quieto hay que estarse un rato.

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  2. Carlos....¿mande?

    (no he entendido nada)

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  3. me suele pasar.
    me explico: un sistema satelital, requiere que te quedes al margen (tangencialmente) un rato para ver las dos caras.
    tan pegada vas, si orbitas a su lado, que ya puede la luna decirte que tiene un lado malo, feo, oscuro y azabache y tú no verlo, ni cenitalmente, no selenitamente.

    finalmente, sobre lo de que no haya ningún comentario, queda por supuesto, retirado.

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  4. Sabía al escribirlo que me estaba columpiando, digamos que hemos de permitirnos una licencia.

    O que soy una absoluta ignorante en lo que a los astros y sus devenires se refiere (soy una absoluta ignorante practicamente en todo).

    Así que gracias por la aclaración, Carlos. Aún así, ya sabes que hay veces en que preferimos no ver "el todo". Tal vez no esté tan mal traído el asunto, ¿no crees?

    Un saludo

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  5. Carlos es un cansino y yo, como le temo, soy anónimo.

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Oh, ¡hay vida!