viernes, 16 de octubre de 2009

Vinteuil

Tendrá que existir una comparación en la que salgas perdiendo. Me niego a creer lo contrario.

No puede ser -porque de todos es sabido que la perfección no existe- que la columna de pros se estilice tanto, que la de contras sea un tocón inerte, sólido y de tamaño invariable en donde reinan esos muñones que en realidad resultan enternecedores.

La inmensa probabilidad de estar errando en la percepción de la realidad, el hecho irrefutable de que mis propios sentidos se estén engañando (lo sé, lo sé) me sirven de acicate, y aumenta mi deseo de volver a tener el control para conseguir percibirte más como un igual.

Esta mañana me he sorprendido -sorpresa desagradable- echando de menos tu ceño fruncido. Lo malo es malo siempre, y ahí es donde debería ser capaz de llegar.

Pero me he vuelto a perder por el camino de tu persona.

6 comentarios:

  1. Listas de pros y contras. Ay, ¡cuántas de esas habré hecho yo, más que listas de la compra! Y siempre le sale a uno lo que quiere que le salga, que al fin y al cabo es lo que cuenta (salvo casos muy extremos. Y los casos muy extremos, por mucho que nos guste pensar lo contrario, no solemos protagonizarlos).

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  2. Por cierto, yo tengo una enorme lista llena de pros. Debo ser muy ingenua, pero soy feliz en mi inocencia episcopal.

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  3. Que alguien traiga aceite hirviendo. O brandy.

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  4. estar enamorado es una de las formas más certeras de no ser ecuánime. Mejor feliz que contable.

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  5. V: Así ha de ser. Ya sabes, justicia divina sobre los predilectos.

    Lansky: eres una máquina de crear aforismos.

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Oh, ¡hay vida!