martes, 13 de octubre de 2009

Déjà vu

La gente que me cae mal por lo común adolece de una inmensa previsibilidad. Antes de abrir la boca (y por lo común a destiempo) sé qué van a decir, porque se apoyan en creencias únicas. Monocelulares. Monolíticas.

Por alguna extraña razón, con el paso del tiempo me doy cuenta de que aquellos que son incapaces de reinventarse, o de reirse de lo que creen, invariablemente acaban por resultarme muy pesados, asfixiantes y bastante odiosos.

Y me disgusta verme torcer la nariz ante alguien, sólo porque vaya a hablarme de nuevo (otra y otra y otra vez) sobre los viajes que "tantísimo disfruta", su pasión por coleccionar dedales de madera, qué actitud mantiene ante la política de reciclaje de bombillas o cómo evolucionó la generación del 98. Pero lo hago. Y me niego a darles otra oportunidad, aterrada ante esa habilidad para clonarse a sí mismos.

Así que sí, tú me caes bien, porque nunca sé qué movimiento dramático vas a improvisar. Y tú, que te mantienes siempre con la misma actitud sonriente y de ilusión por la vida -no importa lo que venga- me caes tremendamente gorda.

9 comentarios:

  1. Y lo de la actitud sonriente no tiene nada que ver: exactamente igual de cargante es el eterno desgraciado.

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  2. Sí, estoy de acuerdo, la mal llamada coherencia (insistencia obsesiva y monolítica) está sobrevalorada.

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  3. El deja vu es porque te encuentras una y otra vez el mismo espécimen. Los insistentemente previsibles son, efectivamente, muy aburridos, aunque todos, tras mucho tiempo con una persona, nos vayamos haciendo previsibles para ella. Pero aun así, es bueno esforzarse por salir por peteneras las más veces posibles.

    PS: ¿Y tú? ¿Te aventuraste más allá de la manzana?

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  4. Tú también me caes bien. JAJAJAJAJAJAJA.

    ¿Quién es esa otra mujer sonriente que ocupa tus pensamientos, en términos negativos pero reseñables?

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  5. V: Es una -digámoslo con todas las palabras- tremenda gilipollas de perfil plano, floridísimo y demasiado común a aquellos que van de estupendos. Que para mi desgracia son muchos: son legión. Me atrinchero en tí, que te has reconocido en un brevísimo renglón, y en todos aquellos como tú. Ave!.

    Lansky: joder, y tanto que está sobrevalorada. Y encima jamás se esgrime cuando se debería.

    Vanbrugh: Ahí sigo, pero hemos de tener en cuenta que dar vueltas a la manzana implica haber salido a la luz. Y te pensaba llamar cotilla, pero la indiscreción no está en quién pregunta, sino en mí, por cantar la Traviata.

    Besos.

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  6. Uy! tengo que entrar aqui, de todas, todas!
    Será el sábado (que antes tengo un exámen)
    Nunca he entrado en un blog, no sé si sabré....

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  7. Tranquilo, Jordi. Si te pierdes, silva. Y a ver qué pasa...

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  8. La confusión me honra, pero fue Miroslav, no yo, el que cotilleó.

    Sí, es muy malo tomarse a uno mismo tan en serio, utilizarse a uno mismo como patrón de conducta y no dudar jamás. Y además debe de ser aburridísimo.

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  9. Perdón Vanbrugh, por mucho que te honre el equívoco... no sé por qué os intercambio tan facilmente al uno por el otro. Probablemente sea porque los dos tenéis una v en el nombre, y porque a los dos os considero unos tipos estupendos.

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Oh, ¡hay vida!