martes, 7 de julio de 2009

Declaración

El mar seguía, claro. Cómo no iba a estar. Y permanece ahora que nos hemos marchado.

Por supuesto: callé todos los versos que subían por mi garganta cuando pisamos juntos otra vez la playa, e improvisé un chiste sobre aquellas suecas achicharradas. Procuré que las carcajadas sonaran sinceras aunque yo distinguía, aterrada, palabras de devoción en cada quiebro de mi aliento.

Sólo flaqueé cuando me vi en tus ojos, muy cerca, acunada por más vino del que debería haber bebido.

No me arrepiento de haberte amado verbalmente, también. Pero lo que una dama hace borracha jamás se comenta.

6 comentarios:

  1. Acabo de leer tu comentario en mi blog y vengo enseguida a conocerte. Y a mí también me gusta mucho lo que veo y oigo.
    Y tu texto me ha traído recuerdos hermosos, de hace mucho tiempo. Hermosos, entre otras cosas, porque no llegaron a romperse nunca.
    Un placer conocerte O'clock.
    Me he permitido enlazarte en mi blog.

    ResponderEliminar
  2. No, no te creas que tienes, de repente, sobredosis de comentaristas. Soy la misma de arriba, sólo que de vez en cuando me gusta travestirme un poco y junto con un amigo (Le Croissant Musicien), el verdadero dueño de este otro blog, nos gusta tomarnos a broma la música clásica.
    Hasta la última entrada, dedicada a un amigo bloguero que acababa de morir, intentamos que fuera divertida. A él le habría encantado.
    Todo un placer conocerte, O'clock.
    Nos seguiremos viendo... aunque yo últimamente ando vaga en cuando a publicar.

    ResponderEliminar
  3. Ojalá todos se tomaran al pie de la letra eso, eso último. ¡Horror!

    ResponderEliminar
  4. Freia/Virgen sobrecogida/Croissant... bienvenidos, claro. Gracias por el enlace, siempre hace ilusión. Claro, me hablas de amigos a los que acabas de despedir y se me encoje algo el espíritu. Os leeré con calma, y ya nos cruzaremos. Te confieso que soy adicta a las Goldberg de Gould (tras mucho pensar, me quedo con las del 81). Espero que eso te guste. Estamos en contacto.

    Violetera, Violette: debería ser algo firmado en el portal, en la barra, en el chiringo veraniego de turno. Pero hay mucho bocas suelto. Beso.

    ResponderEliminar
  5. Una dama borracha, hace un mes, me invitó a un concierto. Lo malo es que, aunque algo noté en su voz por el teléfono, no pensé que estuviera TAN borracha. El día del concierto, cuando la llamé para concretar la hora a la que nos veríamos, no sólo no recordaba nada sino que me dijo que lo había soñado. Te aseguro que no fue nada agradable.

    ResponderEliminar
  6. Eras parte de su sueño, Miroslav. Contémplalo así.

    (Reconozco que he soltado una gran carcajada al leerte).

    Yo, en manos del alcohol, confieso mis secretos más íntimos a la señal de "geres mi bejjjor abigo" y/o caigo dormida. Pero tiendo a contar con ese pácto tácito que me defenderá al día siguiente de enrojecimientos incómodos.

    ResponderEliminar

Oh, ¡hay vida!