Me regodeo en lo vulgar porque me he librado de ti y te he encontrado a ti. Tú eres más exquisito que él, y él resulta más inamovible que tú. He huído, me he abalanzado. De uno y sobre el otro.
Vosotros no entendéis nada, pero la ginebra habla por si misma.
Siempre hay esperanza.
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auch, mi cabeza...
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