martes, 9 de junio de 2009

Generaciones

S. es joven, pero no tanto como para resultar conmovedora: ya ha cumplido los 22 años. Como todas -como casi todas- luce obcecadamente un flequillo paralelo a sus cejas que no le sienta demasiado bien. Huele a tabaco y café, y a un perfume raro pero agradable que debe imponerse cada mañana en una especie de ritual (la imagino: el perfume, la camiseta de rayas, el mp3, las uñas rojas).

Compruebo sin asombro que sostiene principios extravagantes y al parecer irrefutables. Habla y se gusta. Es preciosista al escribir y su seguridad pretendidamente insolente vaticina dolorosas caídas.

Me cae bien y me enternece: odia a las mujeres de más de treinta, como yo, y me gustaría poder decirle que el miedo a vivir crece con los años.

5 comentarios:

  1. El miedo a vivir crece con los años ... No sé, quizá, aunque tiendo a pensar que no. Lo que sí es verdad (para mí, obviamente) es que la seguridad adolescente se diluye con los años.
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    Te agradezco y devuelvo tu visita, disculpándote por el mal trago que te ha hecho pasar mi último post. Me ha gustado descubrir tu blog; además, como llevas poco tiempo, me ha permitido en un rato devorármelo entero, en orden cronológico. Eso me gusta cuando descubro nuevos, aunque a veces no es viable. En fin, que me han gustado tus enigmáticos y sugerentes escritos. Yo también volveré por aquí. Un beso.

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  2. Me alegra que vuelvas, sobre todo si te gusta lo que hay. Para mí no es demasiado enimático (y en realidad todo es de lo más banal). Pero como tiendo a la brevedad siempre se quedan aclaraciones en el tintero.

    (Es que soy vaga)

    Gracias por el beso. Nos vemos.

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  3. Enimático, oh qué palabro sin "g" huidiza...

    Eso, que soy vaga y ni siquiera reviso...

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  4. Yo creo que deberías decírselo, seguro que te escucha encantada.

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  5. Hola Violetera, gracias por tus comentarios. Me alegra tenerte aquí. Por supuesto que debes copiar la insignia del facebook, cuando estás en la red puedes estar en la mano de todos, en los ojos de todos.

    Respecto a este post, no estoy demasiado segura de cuán encantada estaría su protagonista de charlar conmigo. Pero me gusta pensar que sería una conversación agradable, creo -incluso- que llegaría a caerle bien. Pero me he cruzado en su camino en mal momento, supongo, o ella en el mío cuando menos esperaba yo una visita sorpresa.

    Si quieres que hablemos con calma (si quieres, claro), mi mail está más arriba, bajo mi preciosa y decadente imagen de perfil, oh yeah.

    Besos sinceros,

    L.

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Oh, ¡hay vida!