Las hormigas que se frotan las antenas para comunicarse; los pájaros que en pleno vuelo saben hacia dónde dirigirse adelantándose, todos a la vez, a la voluntad única del grupo; los perros que asumen que el pequeño manda y el grande obedece. Esos comportamientos incomprensibles y férreos aparentemente humanos.
O puede que yo sea un poco más animal, más salvaje de lo que creo. Porque te he reconocido en medio de la manada, como a una igual. Sin alfas.
Atávico, y arrollador.
Rendida a mis instintos.
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las hembras alfa están todas muertas, y menos mal. Casémonos o dominemos el mundo. O matemos a gente.
ResponderEliminarPero si luego, aquí mismo, en tu espacio, dices que te niegas a reconocer nada sin un abogado... ;)
ResponderEliminarMe he leído de un tirón tus textos de esta semana. Y Oclock, cómo escribes... tienes una desenvoltura tremenda.
Un beso.
¿Sin alfas? En fin, un aplauso para los instintos atávicos, exaltados con la majestuosidad cinematográfica de Strauss. Y luego dirás que no eres enigmática. Un beso.
ResponderEliminarUnos somos más iguales que otros, es inevitable
ResponderEliminarSí, pescada, sí. Acepto. Nuestros descendientes se harán dueños de la tierra. O de los blogs.
ResponderEliminarSemifusa, pues gracias. Vuelve cuando quieras.
ResponderEliminarMiroslav, mi manada es de iguales porque hemos hecho criba, o porque por fin todas nos asumimos como iguales. Zaratustra es al cine lo que Ludwig a las palizas.
Lansky, como siempre, cuánta razón tienes. Tenemos.
Besos a todos.