lunes, 29 de junio de 2009

Contrato

Y tú dices que estás a gusto, como con una manta, con un gato ronroneando sobre tus piernas, una sopa recién hecha, el sol templado a través de los párpados cerrados, el sonido de las hojas de los chopos agitadas brevemente por el viento.

Me resigno a igualarme a esos detalles.

Pero confieso que hubiese querido ser, al menos por un día, equiparable a un huracán.

5 comentarios:

  1. El buen tiempo dura más que el huracán, así que tú verás.

    ResponderEliminar
  2. Me has convencido: anticiclón para siempre.

    Si es que tienes una labia...

    ResponderEliminar
  3. Bueno, escribiendo ya eres un pequeño tornado...

    :)

    ResponderEliminar
  4. Por historias personales, llevo tiempo pensando escribir sobre quienes ansían(en asuntos emocionales)los huracanes y quienes, por el contrario, deseamos la calma. Estoy seguro de que mis tesis no convencerán a la mayoría de las mujeres, pero qué se le va a hacer. Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Éngañales, Miroslav. Que se crean Bertas. Nos gusta sentirnos poderosas.

    Semifusa:yo soy mucho ruido, pocas nueces.

    Gracias por venir. De verdad.

    Besos.

    ResponderEliminar

Oh, ¡hay vida!