martes, 26 de mayo de 2009

Lectura

Me veo leyendo a Houellebecq en algún hotel del norte.

Sé que era sórdido de tan nuevo, que la habitación ("dí cuarto: habitación es cursi", me corregirías) brillaba demasiado. Que yo aún intentaba quererte.


Que apenas follábamos porque tú ya no eras igual, o porque a mí me parecías otro, o porque me daba asco verme en ti.

Que ese francés me estaba insultando sin proponérselo. Así que, para vengarme de vosotros dos, soñé con un orgasmo interminable.



El libro no me gustó. No me gustó nada. No cumplió con su obligación, y por eso ahora recuerdo tantos detalles.

5 comentarios:

  1. ¿Cuál de Houllebecq? En todo caso, "sórdido" es un adjetivo que, aunque yo no lo habría usado, al leértelo no me chirría en relación a ese escritor (¿lo aplicas sólo al cuarto?)Aun así, no me atrevo a declarar si Houllebecq me gusta o no; no obstante, me interesó lo suficiente para leerme cuatro novelas casi seguidas.

    Ayyy, Miles ...

    ResponderEliminar
  2. Era "Ampliación del campo de batalla". Y sórdidos eran el hotel, la situación y lo que intentaba leer en el instante en que pensaba en lugar de concentrarme en el texto. No sé si no usarías ese adjetivo porque no te parece adecuado o porque has desterrado esa palabra. Yo las acojo a diario. Y luego las destierro de mi vocabulario con una patada, sé que me lo perdonan si vuelvo a ellas.

    Ayer recuperé "redoma" al hablar con un amigo, me sentí un poco cursi, pero me gustó.

    ResponderEliminar
  3. Y, por cierto:Ay, Miles, y oooh, "Kind of blue"

    ResponderEliminar
  4. Impresiona esa sinceridad.

    un desvelo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias (aunque no creas todo lo que lees, Hugo: sobre cierta base de realidad añado adornos. A veces más, a veces ninguno).

    Pero intento que destile verdad.

    Vuelve, estás invitado.

    ResponderEliminar

Oh, ¡hay vida!