Ayer dediqué la noche, junto a mi querida G., a identificar científicamente (prueba-error) cuál es la proporción exacta de los distintos ingredientes que forman un margarita perfecto.
La conclusión fue, claro, que a mayor cantidad de alcohol más sabor. Y mayor despliegue de floreos verbales al describir (he aquí dos borrachas) a esa, la infecta raza masculina.
La resaca de tequila es, con mucho, más desagradable que la de ginebra.
Me rindo a la estética y confieso que, en realidad, lo que más me gusta es contemplar esas copas escarchadas en sal, casi como azoteas invernales al borde del deshielo.
viernes, 15 de mayo de 2009
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Vaya...
ResponderEliminarQué mal día he elegido para pasar por aquí... Tengo una resaca de Chivas que no es normal...
Me voy a hacer ka siesta...
Besos!!!!