jueves, 21 de mayo de 2009

Hambre

Me duele la cabeza porque no he comido.

No es que me niegue a alimentarme, es que se me rebelan las entrañas: no como porque mi cuerpo ha olvidado que los jugos gástricos deben trabajar; que la rutina, los movimientos espasmódicos y lentos de la digestión son imprescindibles.

Yo quiero que todo permanezca en una normalidad lógica, sin sobresaltos. Salud, entereza.

Pero mi organismo se ha empeñado en recordarte. Y esa, exactamente esa, es la única actividad en la que está dispuesto a concentrarse.

2 comentarios:

  1. Precioso y demoledor.
    Haces magia con las palabras.
    Shostakovich... no lo puedo remediar... me rindo ante su genialidad.
    ¿Sabes que un día toqué un movimiento de su 5ª sinfonía? Si escucharla es una experiencia casi orgiástica, tocándola alcancé una catarsis que pa qué.
    Abrazos.
    Y come un poco, anda...

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  2. Gracias, exagerao.

    Muerta de envidia me tienes al saberte capaz de encarar esa quinta.

    He comido este fin de semana. Mejor aún: he cocinado, he engullido, he bebido sin límite.

    Besos

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Oh, ¡hay vida!